17 de julio de 1796,
“Desde que te dejé, he estado constantemente deprimido. Mi felicidad es estar cerca de ti. Incesamente revivo en mi memoria tus caricias, tus lágrimas y tus solicitudes afectuosas. Los encantos de la incomparable Josefina encienden, continuamente, un ardor y una llama que brilla intensamente en mi corazón. ¿Cuándo, libre de toda solicitud, de toda atención de acoso, seré capaz de pasar todo mi tiempo contigo, teniéndote sólo para amarte y pensar en la felicidad de decirlo y demostrártelo?”
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