martes, 4 de marzo de 2014

PRÓLOGO LIBRO "REFLEXIONES SOBRE GEOPOLITICA Y LA CRISIS FINANCIERA INTERNACIONAL", AU.TO.R: HÉCTOR SILVESTRE HIJO

Por: Ramón Núñez Ramírez (ranr14@hotmail.com)

Los que hemos tenido la oportunidad de vivir en este tiempo, estamos disfrutando de los avances tecnológicos como el internet, laptop, tabletas, redes sociales, teléfonos móviles, información global masiva; pero también estamos viviendo la crisis financiera más grave desde la gran depresión del año 1929; la primera gran crisis en la era de la globalización; crisis que marcará un antes y un después, crisis que va a cambiar el mapa de la globalización, desplazando, quizás, los centros de poder desde occidente a oriente.

La primera era de la globalización ocurrió entre 1870 y la primera guerra mundial. Este fue un periodo de fuerte crecimiento mundial, robusto comercio y un fuerte flujo de inversiones transfronterizas desde Inglaterra, Francia y Alemania hacia las naciones menos desarrolladas en Asia, África y América. La primera guerra mundial puso fin a esta primera era de la globalización y no volvió a revivir hasta después de la segunda guerra mundial y la superación de la gran depresión.

Los Estados Unidos emergieron de la segunda guerra mundial como la principal potencia moderna, la mayoría de las colonias se independizaron de las metrópolis y se convirtieron en jugadores en la prosperidad vivida entre 1945 y la década de los setentas. El principal empuje a la globalización moderna se produjo en la administración del Presidente Richard Nixon, quien abandonó el 15 de agosto de 1971 el patrón oro, originado en Bretton Woods al final de la Segunda Guerra Mundial, iniciándose así la etapa de los tipos flotantes de cambio, que sumado a las políticas de la era de Reagan con las desregulaciones, privatizaciones y liberalización del comercio, y la perfecta movilidad de los capitales; crearon las condiciones para una economía globalizada.

Para tener una idea de la expansión entre el periodo comprendido entre 1983 y 2007, baste citar que la economía mundial se expandió desde US$12 trillones hasta US$55 trillones. Las exportaciones de bienes y servicios aumentaron de US$2.2 trillones a US$17 trillones, mientras el stock de inversión extranjera directa creció de US$616 billones a US$16 trillones en 2007.

Esta era de prosperidad, sin precedentes, se mantuvo a pesar de breves recesiones en los Estados Unidos o de crisis focalizadas como el efecto “tequila” en México en 1983, el crash de la bolsa de valores de New york en 1987, la crisis de las asociaciones de ahorro en EU en el comienzo de la década de los ochentas, la burbuja inmobiliaria en Japón(que provocó una década perdida), la crisis financiera Asiática a partir de 1997, la crisis Rusa y hasta el estallido de la burbuja de las empresas punto.com de EU. Se trataron todos de eventos que no afectaron de manera generalizada la economía global y su crecimiento sostenido.

Una de las principales características de esta globalización moderna lo fue el movimiento de los flujos de capitales al través de los mercados y muy especialmente de la inversión extranjera directa. La IED entre 1985 y 1990 creció tres veces más rápido que las exportaciones mundiales y cuatro veces más rápido que el crecimiento del PIB mundial. Entre 1900 y 2007 la IED aumento a una tasa promedio anual de 14%, mientras las exportaciones aumentaron anualmente 9% y el PIB mundial 5%.

La globalización había creado muchas riquezas, empresas, empleos; había catapultado a varias naciones emergentes, pero también había creado mucha asimetría en la distribución mundial del ingreso y llevaba en sus entrañas el germen de una gran crisis, justamente por esa libre movilidad de capitales, la especulación de casino y la mala calidad de la supervisión sobre el sistema financiero.

Una gran cantidad de especialistas coinciden en atribuir el origen de la presente crisis financiera a las políticas monetarias flexibles que se aplicaron a partir de 2000(especialmente después de los atentados terroristas) con la finalidad de evitar una grave recesión en la economía norteamericana. Dinero abundante y barato, bajos márgenes de rentabilidad y una mala calidad de la supervisión estimularon al sector financiero a facilitar préstamos hipotecarios a clientes con baja solvencia(subprime) y con la finalidad de mantener sanos sus balances los bancos procedieron a crear paquetes de hipotecas(titularización) y venderlas como productos de alta calidad y bajo riesgo a bancos de inversión, fondos mutuos, hedge funds y a bancos extranjeros; contando con las excelentes calificaciones que les brindaban las grandes empresas clasificadoras de crédito.

El aumento de los tipos de interés a partir del 2005, el descenso en los precios de las viviendas y el incremento de la morosidad y los embargos, comenzaron a contaminar al sector financiero que había incursionado en el negocio de las hipotecas subprime y en marzo del 2007 colapsó D.R Horton, uno de los mayores constructores de viviendas y en abril cayó la primera institución financiera, New Century Financial Corporation.

Más de 90 entidades quebraron en los EU y la UE en 2007, y en marzo el banco JP Morgan, con el apoyo financiero de la Reserva Federal, adquirió Bearn And Stearn y en julio los gigantes hipotecarios Fannie Mae y Freddie Mac debieron ser intervenidos por el gobierno así como la mayor aseguradora mundial, AIG, que representó el mayor rescate en la historia mundial. También decenas de instituciones financieras en la UE y otros países, contagiados con estos activos tóxicos, colapsaron o fueron intervenidas.

En septiembre de 2008 la crisis financiera global entró en una fase más peligrosa con la quiebra de Lehman Brothers, cuarto banco de inversión con 158 años de fundado, Merril Lynch, el tercero en tamaño fue comprado por The Bank of América, mientras los dos sobrevivientes Goldman Sachs y Morgan Stanley, debieron mutarse rápidamente en holding bancarios para poder acceder a las ventanillas de financiamiento de la FED.

La caída del banco de inversión Lehman Brothers provocó el inicio de una recesión global, e inmediatamente se produjo una coordinación mundial, vía el G-20 y el FMI, con la finalidad de aplicar estímulos fiscales y políticas monetarias flexibles para evitar una depresión mundial. En los EU se destinaron billones de dólares para rescatar bancos, salvar la industria automovilística, adquirir activos tóxicos,  prestamos a los bancos,  soportar la ayuda al mercado de las viviendas y rescatar los gigantes hipotecarios. De acuerdo al “Center for Media and Democracy, el costo de la crisis financiera en algún momento ascendió a 4.6 trillones de dólares y con los repagos al gobierno y la venta de activos el saldo final podría rondar los US$2 trillones.

La receta dio resultado y para el 2010 aparentemente la economía global comenzaba una lenta recuperación, sin embargo las políticas de estímulos fiscales habían elevado la relación deuda/PIB en la mayoría de las naciones del G-20, el crédito global no se había reactivado a los niveles anteriores al colapso de Lehman Brothers; mientras la crisis, si se quiere mutante, asomaba en la Unión europea bajo la forma de una crisis de deuda.

Aparte de Islandia, que pasó de milagro económico a primer país subprime, Grecia fue el primer país de la UE en manifestar los síntomas de una crisis de deuda y con una deuda equivalente al 115% del PIB y un déficit de 12.7% del PIB en el 2010, fue la primera nación rescatada por una acción conjunta de la UE y el FMI en 2010.

La otra réplica del terremoto principal impactó en Irlanda, el impresionante “tiguere Celta”, nación que en el 1981 era la más pobre de la UE y en menos de quince años, gracias a políticas de apertura y atracción de la inversión extranjera, la convirtieron en segunda en termino de ingreso percapita en la UE. Antes de la crisis global Irlanda exhibía excelentes resultados macroeconómicos; pero el estallido de una burbuja inmobiliaria, la quiebra de los principales bancos y el  rescate, elevaron el índice de deuda y el déficit fiscal, provocando el castigo de los mercados y el segundo rescate.

Portugal con sus problemas de competitividad, bajo nivel educativo, en relación al resto de la UE, mas una deuda/PIB rondando el 120% al cierre del 2010, sufrió el castigo de los mercados con la elevación de su prima de riesgo y se convirtió en el tercer país rescatado.

La crisis de deuda se ha esparcido por varios países de la UE, los mercados siguen castigando con altas primas de riesgo; Italia y España, muy grandes para caer y muy grandes para ser rescatadas, han debido aplicar fuertes medidas para corregir el déficit, y España, en días recientes, recibió el apoyo de la UE con un monto de  hasta 100,000 millones de euros para rescatar el sector financiero.

Este preámbulo, largo si se quiere, nos permite concluir en la importancia de que en una economía globalizada los agentes económicos, y hasta el ciudadano común, deben estar bien informados  de lo que está ocurriendo en cada nación, porque de una forma u otra repercute en cada país y en nuestros bolsillos, y justamente con estas “Reflexiones sobre Geopolítica y la Crisis Financiera Internacional”, el Lic. Héctor Silvestre Hijo trata de informar y transmitir sus ideas sobre esos tópicos a los lectores.

Héctor Silvestre Hijo es un joven acucioso y polifacético, graduado de Administración de Empresas en Intec, ha realizado una multitud de cursos, publicado artículos en diferentes medios y como joven actualizado en este mundo de las redes sociales posee su propio blog: www.econegociosrd.com.

En su primera obra Silvestre incursiona en la geopolítica paseándose por los Estados Unidos, Cuba, Honduras y Alemania. Trata en varios artículos la crisis financiera global  tratando de desentrañar sus causas y consecuencias; pero tiene espacio para escribir sobre los negocios, otras de sus aficiones, y también dedica líneas a lo que él denomina protagonistas de la historia en donde no pueden faltar Henry Ford, Albert Einsten, Steve Jobs y hasta algunos tristemente celebres, como Bernard Madoff, el hombre del primer esquema piramidal en la globalización.

En un lenguaje sencillo, fruto de una mente abierta y básicamente autodidacta, Héctor Silvestre Hijo realiza un esfuerzo meritorio para transmitir en un lenguaje, al alcance del gran público, sus ideas concentradas en “Reflexiones sobre Geopolítica y la Crisis financiera Internacional”.


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